Marifer Gutierrez, el papel del diseñador y la innovación

Vivimos en una sociedad en la cual la tecnología se ha convertido en un elemento clave de nuestras vidas. Desde la Revolución Industrial la tecnología ha hecho cambios impactantes en el diseño industrial. Gracias a esta tecnología el diseño industrial se ha podido desarrollar y se ha convertido en una profesión ampliamente reconocida.

Pero a pesar de las grandes ventajas que tuvo el surgimiento de estas nuevas tecnologías, no todos estaban realmente convencidos de que era la mejor opción. Durante la época de la Revolución Industrial surgieron muchas protestas y se creó una nueva organización llamada luditos, los cuales estaban en contra de cualquier cosa que tuviera que ver con la tecnología. Sin embargo ninguna de estas protestas tuvieron éxito, las máquinas acabaron ganando y la gente perdió su trabajo.

El diseño actualmente no es la excepción, todavía existen diseñadores que se resisten al cambio. El no hacer nada está afectando a las próximas generaciones, las cuales no reciben ningún conocimiento en su etapa educativa y cuando se tienen que enfrentar al ámbito profesional no tienen la capacidad de aplicar sus conocimientos al máximo. Esta situación no solo sucede en México y en países de Latinoamérica, sino a nivel mundial y es llamada Crisis de Identidad Mundial.

Como diseñadores debemos comprender la necesidad de estos cambios y en lugar de resistirnos a ellos, adaptarlos a nuestra vida para de esta manera poder mejorar el entorno en el que vivimos. El diseño es una profesión que tiene cambios constantes, pero más que cambios se puede considerar una transformación, ya que la disciplina no es la que cambia sino los elementos que la conforman.

Por otro lado se encuentra la sobreoferta de diseñadores no sólo en México, sino a nivel mundial. Diariamente surgen nuevos diseñadores que buscan la mejor preparación posible para poder triunfar en su campo de trabajo. Surgen nuevas escuelas, maestrías, diplomados, cursos, etc. Esto muestra la importancia de la educación en el diseño y la demanda que esta tiene. Cada día se requiere y se exige mayor y mejor educación. Las escuelas de diseño están creando más de lo que el mercado o el ámbito profesional puede absorber. La alternativa es formar diseñadores que tengan los conocimientos y cualidades necesarias que demanda el campo laboral, que tengan la capacidad de ser multidisciplinarios y que piensen de una manera más estratégica. Actualmente surgen muchos diseñadores los cuales no cuentan con la preparación necesaria para poder tener éxito en su vida profesional, las escuelas encargadas de la preparación de las nuevas generaciones no se encargan de tener una educación de punta, sino de generar mayor ganancia sin importarles los problemas que se generen más adelante.

El mercado demanda “gente capaz de resolver problemas creativa y analíticamente, gente observadora y con una buena comunicación de ideas”. Los diseñadores contamos con estas cualidades y debemos aprender a explotarlas al máximo. Si volteamos a ver lo que sucede a nuestro alrededor nos podemos dar cuenta que lo que importa realmente es la cualidad para mejorar el estado de las cosas, ya no importa el tipo de diseño en el cual estés. Anteriormente esto era de gran importancia es por eso que se creó la división de profesiones entre diseño gráfico, textil, industrial, arquitectura, etc. Pero en los últimos años esta visión ha cambiado, ahora cualquiera pude hacer otro tipo de diseño.

Por otro lado nos podemos dar cuenta que la mayoría de los objetos que ocupamos diariamente fueron creados por diseñadores anónimos, los cuales se preocuparon por crear objetos o servicios que fueran eficientes, inteligentes, que resolvieran una necesidad real, tomando en cuenta factores humanos. A diferencia de las empresas como Alessi y Flos que basan su éxito en el diseño de autor y lo único que les importa es el ser reconocidos mundialmente. Los diseñadores estamos siendo educados para resolver necesidades, para mejorar la calidad de vida de las personas, y si nos preocupamos únicamente por tener un éxito a nivel mundial dejamos de ver lo importante y dejamos de hacer diseños eficientes y útiles para las personas,

La profesión se ha ido transformando y para poder crear objetos que satisfagan necesidades, necesitamos conocimientos de otras profesiones, abrirnos a conocer nuevas disciplinas para poder ser más competitivos en el campo profesional. Anteriormente el diseño nada más se enfocaba y se alimentaba de su propio conocimiento y eso limitó en gran manera su desarrollo.

La innovación es una de las necesidades más importantes que debe de tener una empresa. Las empresas se debe de preocupar por ir reinventado y renovando sus productos, servicios, promociones, ofertas, etc. para no quedar obsoletos y poder seguir compitiendo frente a la enorme globalización y competitividad que existe. Hacer diseño es hacer innovación y esto es algo que muchos diseñadores no tomamos en cuenta y no estamos conscientes. La innovación va más allá de crear productos novedosos, es algo que requiere de la interacción con otra ciencias.

Se necesita saber y conocer el proceso de desarrollo de productos y adoptar una metodología que nos ayude a ampliar nuestro campo de interacción. A esto se le llama planificación de diseño y es el proceso que utilizan los diseñadores y el cual les resuelve la necesidad de lo que van a diseñar. Hacer innovación requiere entender al usuario para de esta manera poder descifrar las necesidades, comprender su entorno, idear soluciones y de esta manera poder generar y asegurar un desarrollo óptimo.

Las habilidades que los diseñadores requieren para lograr una óptima habilidad de innovación y las cuales deben aprender en su etapa educativa son las siguientes: ser capaces de detectar cualquier problema y estar en constante cuestionamiento, estar pendientes de lo que sucede a nuestro alrededor, proponer cosas nuevas, tener empatía con el usuario para poder satisfacer sus necesidades y por último ser capaces de comunicar de manera correcta sus ideas.

Actualmente los diseñadores tenemos todas las posibilidades de generar cambios para mejorar. Debemos de dejar nuestro miedo a un lado para de esta manera poder irnos transformando junto con el diseño para poder lograr cambios fascinantes. El diseño es la pieza más importante para la innovación y es por ellos que debemos explotar las alternativas que hay para el diseño, en lugar de quedarnos en un mismo punto y no progresar. Uno de los pasos más difíciles de esta profesión es la capacidad de arriesgarse y no tener miedo al fracaso, nosotros como nueva generación tenemos la responsabilidad de cambiar esto, para que en un futuro la mentalidad de los jóvenes cambie y vean que arriesgándose y siendo valientes pueden llegar a un triunfo. De esta manera no solo podremos mejorar como diseñadores, ni como comunidad, sino como país. Logrando todo esto podremos convertirnos en un país valiente, que no le tenga miedo al fracaso y poder ser un ejemplo.

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